jueves, 20 de noviembre de 2008

Democracia Representativa y Democracia Participativa

: En el artículo se reflexiona sobre la democracia a partir de los desafíos que emanan de ella así como de los desafíos que ella enfrenta en las sociedades actuales. Se analiza por otra parte la evolución y transformación de la noción de ciudadanía y como afecta el operar democrático y por último se presentan nueve hipótesis respecto al futuro de las democracias.

Palabras claves: Democracia participativa; Ciudadanía; Desarrollo a escala humana

Fallas, lunares, orejas(Por: Héctor Abad Faciolince)

Héctor Abad Faciolince

Fallas, lunares, orejas

Por: Héctor Abad Faciolince
LAS PALABRAS QUE ESCOGEMOS PARA hablar sobre cualquier asunto no son neutras ni son siempre inocentes. Al usar una expresión en vez de otra, lo que estamos revelando es una actitud mental, bien sea de censura, de complacencia, o bien, como en el caso que voy a analizar, un intento por disminuir y casi minimizar la gravedad de los hechos.

La revista Semana, en su edición virtual, señala que el presidente Uribe les dio “otro jalón de orejas a los militares”. El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, habló de “lunares” que no manchan por entero a la institución militar. Y el ministro de Justicia, Fabio Valencia Cossio, declaró que hubo “fallas cometidas por algunos miembros de la Fuerza Pública”.

“Fallas, jalón de orejas, lunares”, esas son las expresiones que se usan. Tengan en cuenta que, en los tres casos, estamos hablando de crímenes atroces, es decir, de la desaparición, y posterior asesinato, de algunos jóvenes inocentes de Soacha y otras poblaciones o barrios pobres del país. Pero el lenguaje que emplean para comentar el castigo a semejantes crímenes, es el mismo que usaríamos para reprender, casi con simpatía, la indisciplina o las picardías de un grupo de niños en la escuela: jalarle las orejas por sus fallas a uno de los lunares de la clase.

Naturalmente la purga de 27 oficiales y suboficiales es mucho más que un “jalón de orejas”, es una echada del colegio. Pero aunque la medida le dé una buena señal al Ejército, es insuficiente. Ante todo, no sabemos si todos los oficiales destituidos están implicados en esta masacre de jóvenes, o si entre ellos se aprovecha la ocasión para sacar oficiales por otros motivos inconfesables; se debería decir con claridad cuáles de estos militares, y en qué medida, están involucrados en el plan macabro (estilo neo-nazi) de “limpiar” los barrios de drogadictos, homosexuales, retrasados mentales o simples inconformes, mediante la carambola a dos bandas de engañarlos, alejarlos del sitio, y luego presentarlos como subversivos muertos en combate.

Esto es atroz y no se resuelve con una simple destitución de militares. Habría que revelar la verdad completa de los llamados “falsos positivos” (otro eufemismo del lenguaje para no hablar de terrorismo estatal), pedirle perdón a todo el país, y reparar a las víctimas (y cuanto antes, no dentro de quince años cuando lo ordene la Comisión de Derechos Humanos de la OEA). Está bien que Uribe, al fin, les hable duro a los militares, la institución más mimada y mejor financiada durante sus dos gobiernos, y que destituya a unos cuantos.

Pero debería al mismo tiempo, como señalaba Rodrigo Uprimny en estas mismas páginas, comprometerse también con el apoyo al proyecto de ley que busca dar reparación a las víctimas de los agentes del Estado. Es imperdonable que el Gobierno se oponga a una medida que es obvia en un país donde muchas veces ha sido el Ejército (en alianza con los grupos paramilitares, o con los narcos) el que ha cometido actos de una sevicia inaceptable contra la población civil.

Cuando salieron a relucir los falsos positivos de Soacha, el Gobierno quiso tapar el escándalo inflando en los medios el crimen de un niño secuestrado y asesinado por su padre. Antes, cuando el Polo citó al ministro Santos para un debate sobre el premio a los militares por matar falsos subversivos, hace años, se dijo que esas denuncias no eran más que calumnias de la oposición. Ahora resulta que no lo eran; las calumnias acabaron siendo verdades, y los falsos positivos deberían tener otro nombre: crímenes atroces más que homicidios simples. Ahora todos los ciudadanos tendremos que responder, con los impuestos, para pagar millonarias y justas indemnizaciones a las víctimas. Ojalá los militares implicados participen también con su patrimonio. Y ojalá estas destituciones no se queden en mera propaganda, “jalones de orejas, fallas menores y pequeños lunares” de una institución intocable y ejemplar.

COMENTARIO:

muy bien dicho lo de hector Abad como es posible que despues de tantas cosas que han hecho los militares demuestran supuestamente que el presidente albaro uribe les dio un jalon de oreja que El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, habló de “lunares” que no manchan por entero a la institución militar.y Y el ministro de Justicia, Fabio Valencia Cossio, declaró que hubo “fallas cometidas por algunos miembros de la Fuerza Pública”. bueno ante todo puedo decir que Uribe deberia ponerse los pantalones de una forma pues distinta para poder empezar a luchar por el pais de la forma que es debida asi poder poner a los militares en el lugar que les corresponen y empiecen a tenerle respeto y no dañar a tatas personas inocentes que tienen todo el derecho a la vida .

Evaluacion de Actualidad (Piramides Faraones y otras Bolsas)

COMENTARIO!!!!


Bueno ante todo quiero comenzar por decir que yo era una de las personas que iba a meter dinero en esas piramides por medio de mi hermano y pues como observe que estaba comenzando las caidas de ellas mejor no hice la invercion y rescate mi dinero
puedo decir que hay miles de personas que eran de bajos recuros y perdieron sus ahorros en estas especies de bancos que roban .
viendo todo esto queda muy encajadora hacer la pregunta de hasta donde esta llegando la falta de la moral y la etica en las personas que no tan solamente sufren familias completas por todo esto
si empresarios y funcionarios
pero como podemos ver el ministro de hacienda y Crédito Público, Óscar Iván Zuluaga anuncio que el pais no esta en crisis economica y que van a ver muchisimas mejoras
pero pongansen a pensar ¿que pasara con todas estas personas que hicieron inverciones? Si esto no es crisis jum que lo sera.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

"UN APLAUZO escrito por Antonio Caballeros

Un aplauso
Por Antonio Caballero

Para saber si los pases a retiro de unos cuantos oficiales significan que de verdad está cambiando esa convicción profunda hay que ver si son seguidos de algo más: de juicios, de condenasSábado 1 N

*Un aplauso. Está muy bien que por fin los más altos representantes del Estado empiecen a reconocer lo que desde hace decenios un general tras otro, un ministro de Defensa tras otro, un presidente tras otro, han negado en redondo: que las Fuerzas Armadas cometen excesos. Torturas. Detenciones que terminan en la desaparición de los detenidos. Ejecuciones extrajudiciales. Crímenes de guerra. Hay que felicitar al presidente Uribe, al ministro Santos, al general Padilla, por su decisión de pasar a retiro a tres generales y siete coroneles (y otros tres más hace ocho días), más una docena de oficiales y suboficiales de menor rango, por los infames "falsos positivos" con decenas de muertos denunciados en las últimas semanas.

Está muy bien que se empiece a limpiar el Ejército (y la Policía, y el DAS), y ya iba siendo hora: sólo falta un año para que venza la reserva de siete que establecieron al alimón el presidente saliente Andrés Pastrana y el entrante Álvaro Uribe ante la Corte Penal Internacional, blindando al Estado colombiano frente a las responsabilidades por crímenes de guerra durante el tiempo que según su cálculo optimista tomaría derrotar a la subversión en Colombia.

Está muy bien que los crímenes se reconozcan. Y que se acepte por primera vez que no se trata de actos aislados de "elementos descorregidos", de "manzanas podridas", de "ovejas negras" que no entrañan responsabilidad institucional ni política de sus superiores, sino que, por el contrario, la comprometen tanto por omisión como por acción. Pero la necesaria limpieza del Ejército, de la Armada, de la Fuerza Aérea, de la Policía, del DAS, de todos los organismos secretos del Estado, habrá que repetirla una y otra vez, indefinidamente, mientras no cambien de verdad las convicciones profundas de los militares que hacen la guerra y de los civiles que la ordenan desde el poder político. La convicción profunda, reforzada además por el adiestramiento y el ejemplo recibidos de los Estados Unidos, de que todo vale en la guerra contra la subversión, hoy llamada narcoterrorista; ayer, comunista; antier, bandolera. De que valen el asesinato y la tortura, la desaparición forzada, la expulsión, porque el enemigo no merece respeto.

Todo vale porque la vida no vale nada. La de los demás: esos, literalmente, desechables que constituyen el grueso del pueblo colombiano (y que hay que distinguir, claro, de los llamados "colombianos de bien"). Los desechables se pueden desechar. Usar y tirar. Eliminar cuando ya no sirven. Intercambiar. Pueden ser usados indiferentemente como guerrilleros o como paramilitares, como sicarios de la mafia o como mensajeros de moto o como desempleados o como subempleados o como reinsertados o como votantes cautivos o como víctimas de los "falsos positivos militares". Su vida real no importa, salvo desde el ángulo de la estadística. Por eso puede el coronel Plazas Vega, aquel que "defendía la democracia, maestro", decir que los cadáveres de los desaparecidos de la cafetería del Palacio de Justicia están donde no están, y tiene que salir Medicina Legal a desmentirlo. Ah, ¿eran otros muertos? Da lo mismo.

Para saber si los pases a retiro de unos cuantos oficiales significan que de verdad está cambiando esa convicción profunda de que hablo hay que ver si son seguidos de algo más: de juicios, de condenas. Pues la desaparición forzada, que trabajosamente fue por fin tipificada como delito en el año 2000, no ha tenido en los siete años transcurridos desde entonces ningún acusado, ningún procesado, ningún condenado, pese a que sigue afectando a unas quinientas personas cada año. Y la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada, firmada por el gobierno de Colombia en septiembre de 2007, no ha sido ratificada todavía. Y en la discusión que se adelanta en el Congreso sobre la Ley de Víctimas, el gobierno y sus parlamentarios leales se rehúsan obstinadamente a reconocer como víctimas del conflicto (y a reconocer que hay conflicto) a las que lo hayan sido de los agentes del Estado: soldados, policías, detectives del DAS. Como si no existieran.

Todavía falta, pues. Y no sólo porque la lucha por la verdad y la justicia sea una lucha interminable que nunca se puede dar por ganada del todo, sino porque el reconocimiento hecho esta semana por los más altos representantes del Estado sobre sus culpas parece insuficiente todavía, apenas de labios para afuera. Así, al presidente Álvaro Uribe se le escaparon dos expresiones reveladoras al hacerlo. Una fue la de que los desaparecidos habían sido "ajusticiados" por el Ejército. La otra, la de que con sus masacres, de Guaitarilla a Soacha, los militares "nos hacen quedar mal". "¿''Ajusticiados" los asesinados? ¿Y simplemente "queda mal" quien secuestra a alguien para matarlo y presentar su cadáver como un "positivo"? En los dos casos, las palabras del Presidente se quedaron algo cortas.

Pero bueno: es un comienzo. Que sigan por ahí. Y, de nuevo, un aplauso.




*COMENTARIO ACERCA DE LO ANTERIOR!!!!



Bueno segun lo anteriormente leido quiero decir que el señor Antonio Caballero esta diciendo mucha realidad pero que se puede hacer con un mundo tan corrupto donde los altos mandatarios no respetan la supuesta democracia que hay donde solo toman sus palabras y miran lo que ellos quieren y no ponen del todo a la importancia de la palabra de las personas del pueblo o ciudades que es lo mas importatnte , solamente tapan sus hechos malos y disfrutan de un alto mando mientras personas que los eligieron pensando que por fin iban a ayudarles que porfin se acordarian de ellos estan aguantando hambre o padecen de algun derecho humano .
muy bien dicho por este señor por q ahora la democracia no le estan dando el valor prioritario que deberia tener por que no explican hechos ocurridos como el del palacio de justicia sobre que paso con los cadaveres de los desaparecidos de la cafetería estan donde no están, y tiene que salir Medicina Legal a desmentirlo.
son muchos hechos que se deberian aclarar y por concluir mi comentario es que pra poder que todo lo que los colombianos nuestra democracia participativa tiene que se en unidad ya que la union hace la fuerza y para poder lograr al menos algo de mejora tenemos que unirnos todos!!!!